La coquille Chalet-Chez de Liadet

Nos despertamos entumecidos, y después de preparar la leche para el desayuno con la nieve de la ventana, nos preparamos para la marcha. La hoguera de la noche sirvió para secar un poco la ropa sudada.

Más adelante la GTJ se mostraba más interesante al seguir una zona sin pisar estrecha entre un bosque de pinos. Este día los ánimos no estaban muy finos, y cada uno cogió su ritmo. Sobre todo Jokin cuyo trineo volcó al atravesar un riachuelo y casi mandó todo a la mierda. Pocos kilómetros más arriba de Mauthe nos juntamos con Kiko y Mirari, donde tomamos un tentempié y cambiamos impresiones. Pronto se hizo de noche ya en Chez Liadet. Y mientas Kiko llevaba a Rubén para recoger la furgoneta, nosotros jugamos con la oruga de marcar trazos. Esa noche dormimos como ángeles en la furgoneta.

clocks for websitecontadores web

Datos personales